jueves, 6 de julio de 2017

La fábula de las tres islas: la diferencia entre parejas homosexuales y hombre-mujer

Lo "igualitario", por definición, aplica a iguales. Si dos entidades no son iguales ninguna de ellas puede exigir algo con el antecedente de que lo mismo fue concedido a la otra. Una fábrica de automóviles, por ejemplo, no puede exigir ser tratada jurídicamente como la Cruz Roja, porque son de constitución y fines diferentes. Son desiguales. 

Las leyes matrimoniales, por ejemplo, aplican a parejas iguales cuya relación sexual que procrea y genera una familia es el máximo bien jurídico universal. Este aporte al bien común exige la atención del legislador, porque se trata de su más precioso bien: nuevos seres humanos. Una pareja interracial es igual que una interreligiosa e igual que una pareja de hombre y mujer enanos o gigantes. La legislación no puede discriminar sujetos si éstos son iguales.

Pero si la pareja es desigual, por ejemplo, si fuera exclusivamente de dobles de tennis o dúos de violinistas o de dos hombres o dos mujeres homosexuales que quieren vivir juntos en una relación completamente privada, no verificable de ningún modo e intrascendente socialmente, no pueden aplicar a su relación la legislación matrimonial, porque la naturaleza de su pareja es desigual respecto de la naturaleza de las parejas para la cual están promulgadas estas leyes.

La diferencia entre parejas homosexuales y heterosexuales se puede ilustrar con la fábula de las tres islas.
  • Hay tres islas a mil kilómetros de distancia entre ellas y de toda costa. Ninguna cuenta con medio de transporte marítimo. En cada isla se instalan cien parejas de adultos jóvenes.
  • En la primera se instalan parejas de hombres y mujeres de todas las razas y credos: morenos, blancos, negros y de todas las combinaciones de pigmentos y características
  • En la segunda se instalan parejas de homosexuales hombres
  • En la tercera, parejas de lesbianas
  • Si se visitan las tres islas 80 años más tarde, en la primera habrá casas con jardines, adultos trabajando, escuelitas, niños jugando y más de 100 habitantes, y en las últimas dos habrá ruinas, esqueletos y carroña.
No hay ninguna diferencia entre individuos homosexuales e individuos heterosexuales. Las mismas leyes aplican a ambos independientemente de su condición.  La diferencia radical se da cuando rebasan la frontera de su individualidad para formar parejas o sociedades de dos o más personas, que es lo que ilustra esta "fábula de las tres islas".

Si bien la reproducción no es requisito para matrimonios individuales, ésta no puede excluirse de la definición (universal) de matrimonio, como, sí, queda absolutamente excluida de la definición de una relación de pareja homosexual o de patinadores profesionales o de dobles de tennis o volley ball de playa. 
¡He allí la desigualdad con las parejas homosexuales!
¡VIDA HUMANA NUEVA!

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